viernes, 27 de abril de 2012

Algo más que audímetros...


Tras la clase del pasado lunes y los comentarios y explicaciones sobre las ciudades inteligentes, a partir de la recopilación de una inmensa cantidad de datos (Big Data) mediante sensores, me vino a la mente una idea que me gustaría compartir con vosotros.

No sé si conocéis (imagino que sí, con mayor o menor detalle) el método que se utiliza para medir las audiencias en televisión. Un audímetro lo define Wikipedia como "un aparato que se conecta a algunos televisores y mide la audiencia de manera permanente y automática, para generar datos estadísticos". "Estos datos incluyen el cambio de canales, los tiempos de conexión, los individuos identificados con sus características personales como sexo y edad, o la utilización de vídeo y otros periféricos". "El aparato no puede ser adquirido, ni tampoco puede una persona ofrecerse voluntariamente para el estudio. La empresa encargada realiza los estudios correspondientes y lo ofrece a un grupo estadísticamente significativo de personas. Estas personas no reciben pago por el estudio". 


Una vez apuntado esto, os comento: ¿Por qué no utilizar un instrumento similar con los smartphones? El mecanismo tendría sus peculiaridades en comparación con los audímetros, pero la cantidad (y probablemente calidad) de información que generaría sería tan o más importante que la que ofrecen estos.

Todas las ventajas que presenta internet en cuanto a información para los ofertantes de servicios (visitas a la web, compras por visita, productos más interesantes para el cliente, etc.) podrían estar, de una u otra forma, trasladada al comercio tradicional. La persona responsable de una tienda podría comparar la efectividad de su comercio con la competencia. Los usos de toda esta información podría ser tanto de uso público como privado.

Encontraríamos, eso sí, el tema de la privacidad, pero no creo que este mecanismo suponga en este sentido un problema mayor que determinadas redes sociales o que los mismos audímetros, siempre y cuando se proteja el anonimato de los datos generados.

viernes, 20 de abril de 2012

¿Hay trabajo potencial para todos?


Os dejo algunas reflexiones sobre el problema del desempleo, evidente en el sur de Europa y especialmente en España.

Con más de 5 millones de desempleados, España sigue sin ver cerca el fin del actual periodo de crisis económica. Si se calcula que su economía necesita crecer a un 2 por ciento para empezar a generar empleo, según las previsiones del FMI esto no ocurrirá hasta el 2017.

El problema tiene difícil solución a corto o medio plazo. Si los sectores industriales más intensivos en mano de obra llevan su producción a áreas con bajos costes laborales (llámese China, India o Marruecos), ¿qué van a hacer los millones de trabajadores “poco cualificados”? La respuesta de "pasarse a otros sectores en los que su economía sea más comptetitiva" presenta cierta complejidad.

El sector de la construcción, motor de la economía española durante sus mejores años en cuanto a evolución del PIB, vio explotar su burbuja hace ya cuatro años y difícilmente volverá a ser lo que era. El sector agrario, tan importante en algunas zonas de su territorio como el sur, ve cada día más oscuro su futuro con los acuerdos de la Unión Europea con Marruecos (con quien le resulta imposible competir en costes) y con una Política Agraria Común (de la que tanto ha dependido) que poco a poco pierde peso.

Tanto el sector de la construcción como la PAC han disimulado un problema que se le presenta a la economía española desde hace algunas décadas: la competencia internacional creciente con la llegada de las potencias emergentes al primer plano de la economía global. ¿Podrán otros sectores absorber toda esa mano de obra?

¿Hay trabajo para todas las personas que han salido de estos sectores? España dista mucho de ser un país de ingenieros e investigadores, por lo que el impulso de sectores tecnológicos e innovadores dejaría de lado a una gran parte de la población que algún día fueron obreros o agricultores (o cuyo trabajo dependía de éstos) y hoy forman parte de la gran masa de desempleados.

¿Se va a tener que adaptar esta gente a la competencia con los países emergentes? Esto tendría unas consecuencias terribles en términos de aumento de las desigualdades que tardaría muchos años en corregirse. Pero ¿qué otra salida hay? ¿podría soportar la economía a millones de personas de unos 40 o 50 años de edad que, si no cambian las cosas, probablemente ya no volverán a encontrar empleo?

miércoles, 4 de abril de 2012

La Utopía de Lisboa

En la última entrada ya hice referencia a la Agenda de Lisboa y sus objetivos. Lo de "hacer de Europa, en una década [para 2010], la economía más dinámica del mundo, mediante la transición hacia una economía del conocimiento, la aceleración de las reformas estructurales y el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica". Pues bien, parece ser que ha sido este último el objetivo que ha quedado, si entendemos por estabilidad macroeconómica esa obsesión por la austeridad.

La más clara y reciente muestra la tenemos con la propuesta de Presupuestos Generales hecha por el Gobierno de España, forzado a lograr reducir su déficit al 5,3 por ciento.

Con la Estrategia Renovada de Lisboa (en 2005, visto el escaso avance en productividad y empleo), Europa se marcaba una serie de objetivos básicos que vista la tendencia marcada por dichos presupuestos más parecen una utopía:

  • Los dos primeros objetivos básicos hablaban de la mejora de las políticas relativas a la sociedad de la información y a la I+D; así como de la aceleración del proceso de reforma estructural a favor de la competitividad y la innovación. En España, el Gobierno propone un recorte del 34 por cien en el gasto público en I+D.


  • El siguiente objetivo básico trataba de la modernización del modelo social mediante la inversión en capital humano y la lucha contra la exclusión social. Los recortes aquí propuestos son del 21,9 en educación, del 100 por cien en la ayuda a la dependencia, del 31 en la política de vivienda, del 21,3 en las políticas activas de empleo...


  • El último objetivo básico pretendía hacer compatible el progreso económico y social con la protección y conservación del medio ambiente. La vía marcada: un recorte del 31 por cien en políticas de medio ambiente.


Hay otras prioridades por ahora.